con un escudo de madera y una espada de trapo.
Avanza el hidalgo sin prisa entre las lenguas de fuego
las mil cabezas están alertas y el camino es un infierno.
Los niños han dejado de nacer por un oscuro maleficio
el reino parece rico y poderoso,
hermosamente pintado por un artista prisionero.
La mesa redonda delibera para engañar otra vez al pueblo
los bufones de la corte cantan,ríen y bailan en sus cerebros famélicos.
El andar del montado no complace al decidido guerrero,
han sido duras las jornadas y el corcel está viejo y enfermo.
Un alto en la escarpada le descubre el horizonte
los mosquetes brillan en las almenas,
sus reflejos sobrepasan el monte.
Tiene que dar batalla y piensa que perderá la vida en el intento.
Son miles las espadas enfrente,miles los ojos ,
la recompensa fuerte y está calmo el viento.
El poderoso brinda seguro y frío sobre su torre,
el vino es agrio pero su lengua no lo advierte.
Luego se acostará junto a su esposa
que duerme cargada entre sueños,
de orgullos y joyas torpes que llenan su inmundo vientre.
(JLR)
Dedicado a mi amigo Martín con el corazón.
hola jose
ResponderEliminarme gustaron tus letras,
un abrazo
nos vemos, Javi.
Es fuerte, muy fuerte las escritura. Pero me gustó mucho.
ResponderEliminarTe mando un abrazo. Martin
Hola,que bueno verlo por mi espacio...Gracias por comentar...Mucha suerte a usted.bye.
ResponderEliminarExcelente texto, José!!
ResponderEliminarMe imagino el orgullo que le debe dar a Martín el hecho de la dedicatoria personal.
Ah!! casi me olvido: bienvenido a Cruzagramas!! :-)