Los ángeles muertos y los viejos cuerdos son hilos de viento y azules de cielo. La magia que veo, el sol que yo quiero, los besos sin precio, mi alma y documento.

miércoles, 19 de septiembre de 2007

caminos blancos

Ella se sintió feliz cuando pudo escribir, mamá. Más adelante logró su primera carta y también fue para ella. Al terminarla leyó despacio a la clase de adultos. Atropelló las palabras puestas con mucho trabajo sobre los estrictos renglones de la página. Las veía desproporcionadas, pero dulcemente grotescas y confusas. Allí estaba su corazón y esos garabatos para los ojos de algunos, le sonaron increíblemente bellos. Ahora podría mirar distinto a sus hijos, se dijo, repasar con los más chicos una lectura y no observar de lejos, dentro de la pequeña casa, esos signos que no entendía entonces y la desconcertaban.
Aún no cesaba el encantamiento de haber aprendido y no bien quedó sola buscó aquél paquete guardado con celo en el rincón más oculto del ropero.

Julián rumbeó casi de madrugada hacia la obra, iba en bicicleta y no quería llegar tarde. Laura y Raquel fueron a la escuela y Roberto a juntar cartones con el viejo Eulogio, acopiador de la villa. El mayor había terminado la primaria y dijo que prefería ayudar a sus padres para que las chicas estudiaran algo más.
María desató tranquila pero emocionada el nudo que mantuvo inviolable su secreto durante más de veinte años. Eran sobres ya abiertos con escritos que nunca leyó, porque no sabía hacerlo, solamente las apretaba contra su pecho y las besaba regándolas con lágrimas. Gracias a Dios el Julián no las encontró, se dijo, y abrió el papel plegado de cuánto tiempo como si estuviera acariciando una flor, con delicadeza pero muy apresuradamente. "María, sabes que mi promesa la cumpliré, que cuando regrese de la isla nos casaremos, como nos prometimos, che María. Yo se que esta guerra no tendrá para mucho, si hasta nos parece un juego de muchachos, salvo por el frío que se nos adueña de los huesos. Estamos metidos en unos pozos como bichos de monte, pero no hemos escuchado tiros, salvo uno que se le escapó a un novato como yo. / Che María, te beso desde aquí tan lejos. Hoy hemos escuchado la guerra, caían bombas por todos lados y cerca de nuestra carpa murieron dos chicos de un manotazo. Ayer mismo tomábamos el mate cocido juntos y hablamos de nuestros pueblos. Uno era de Corrientes y su guainita con el mismo nombre que vos, María. Qué pucha, yo le conté que éramos novios y que teníamos un lotecito para nuestra casa, que por eso no nos casamos, queríamos tener el techo primero. Pero nos ganó esta guerra y, y dejo porque salimos a recorrer el terreno. Son caminos blancos dijo el sargento, sin peligro, vamos a reconocerlo. Te amo, sonríe que volveré. / No te aflijas porque no puedes contestar. Cuando vuelva te enseñaré y leeremos juntos estas pavadas que te mando y nos reiremos a más no poder. Te pondré a cocinar, eso sí, para desquitarme de todo lo que no comemos acá. El frío no se aguanta más, no tenemos ropa seca y dicen que se viene el ataque final, pero nosotros aguantaremos. No vamos a fallarle a un pueblo que debe estar pendiente de lo que pasa aquí. No sufras, te quiere Javier. / (JLR)



6 comentarios:

  1. buena tu pagina amigo jose, segi asi expresandote, creo que escribes con el corazon y eso vale .
    un abrazo

    el tordo

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  2. El comentario de El Tordo, es invalorable para mí. El no es un erudito, ni un crítico, es un laburante que antes fue boxeador. Un hombre de pueblo como yo, también trabajador, de letras primarias. Siento que expresar lo que recogemos por la vida no tiene precio. Y que este amigo haya visitado el blog, está dentro de tal sentimiento.

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  3. Jos� entr� al blog y me choqu� con este texto. Por efectos del sue�o que me persigue no termin� de "descascararlo" en la primera lectura. Pero en la segunda... en la segunda me dejaste sin palabras.
    Hermoso, profundo, tierno y doloroso a la vez.
    Te dejo un abrazo!

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  4. Es un cuento que hubiera podido ocurrir. Arranqué con las palabras de una mujer que muy mayor aprendió a leer. Luego el corazón me fue llevando al resto de la trama. Lo ensamblé con una etapa de nuestra Argentina que todavía guarda muchas heridas. Gracias por "conectar" tu sentimiento con los míos. Tu observación es inmensamente valorable para esta página muy nueva e impulsiva, así soy, a la cual no dejo de alimentar. No dejes de visitarme y retribuyo el abrazo, amigo!!

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  5. Estimado amigo, tanto tiempo, de puro nostalgica me puse a buscar tus huellas en este ciber planeta de la comunicación. Saludos todo lo tuyo aparece cotidiano y muy bueno. Ale

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  6. Siempre es una buena manera de comenzar el día, encontrarse con una mano tendida, y es decir el afecto o la correspondencia humana. Gracias. Sari y Ale podrían ser la misma persona que adivino, pero estoy confuso. Espero sigas dándome ánimo o "palos" entrando cuantas veces quieras al sitio. Hasta siempre.

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