jueves, 6 de noviembre de 2008
semilla de eternidad
Deliberadamente deslicé el contenido de una creencia reprimida como si fuera una experiencia adeudada. En grises y sepias dejé que el pensamiento haga lo suyo desprendido de mí. Las palabras de un antiguo filósofo de mi tierra con su prestigio salvado de lo bueno y lo malo, me dejaron inserto en una nube. Lo escuché hablar de dignidad y compartir, del sueño de un asesinado por aquellos que no fueron ni serán capaces de soñar. Él me dijo que todavía hay muchos por matar, para acabar con la esperanza de un pueblo, de un país, de un mundo distinto. Me fui mezclando con sus dichos y vislumbré un cielo estanco, sin agujeros, contenidos los últimos, los del medio y los primeros, los rengos y quienes nunca tuvieron una pata floja. “Quisiera verlo, pero sé que no tengo la semilla de la eternidad”, dijo, y esta frase me atravesó, decía de su vejez y un deseo a corto plazo por una sociedad sin tantos ciegos. Era un pedido de sinceramiento hacia todos aún a costas de intereses personales conseguidos. Fue convincente a mi interior descontaminado y no olvidé que giramos hacia otro lado. Aún así creí estar bajo un cielo con porteros santos y humanos, no meros pedidores de pasaportes falsos. La ronca voz del negro Louis cantaba de un maravilloso planeta pero solo era un mensaje que sonaba en mi mente y en el mercado de saldos. Tenemos la máquina de la vida, me contesté, y afuera la misma corteza seguía discriminando en la mesa de negocios entre ricos, menos pobres y miserables.
El mismo Armstrong de mi ilusión infantil de trompetista seguía siendo negro, aunque famoso, genial y eternamente muerto. (José López Romero)
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Primero: Hermosa música.
ResponderEliminarDegundo: todo lo que nombre al gran Louis me interesa y atrae.
Tu escrito hace pensar y pensar este mundo nuestro.
Te pego aquí un texto de Cioran:
“Me seducen las distancias lejanas,
el inmenso vacío que proyecto sobre el mundo.
Crece en mí una sensación de vaciedad;
se infiltra en mi cuerpo como un fluido ligero e impalpable.
En su avance, como una dilación hasta el infinito,
siento la presencia misteriosa de los sentimientos más contradictorios
que ha acogido jamás el alma humana.
Soy feliz e infeliz a la vez.
Estoy exaltado y deprimido,
desbordado por el placer y la desesperación
en la más contradictoria de las armonías.
Estoy tan alegre y tan triste
que en mis lágrimas se reflejan
el cielo y la tierra al mismo tiempo.
Aunque sea solamente por la alegría de mi tristeza,
querría que no hubiera más muerte en esta Tierra. "
Te dejo un gran abrazo.
ResponderEliminarTu post...GENIAL
José mi querido amigo y hermano. Tambíen compañero. El viejo Louis Armstrong tocaba en la otra dimensión mientras tú escribias para él. Vaya dúo de arte y sensibilidad que armaron. Te envidio sanamente amigo. Y creo que Armstrong también.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Carlos Eduardo
pero cada vez que le escuchamos está vivo, la muerte es solo una perspectiva, y errónea además
ResponderEliminarMuchos quisieran tener la semilla de la eternidad... Mientras tanto, hay que vivir la vida que tengamos, la que nos haya tocado vivir, con nuestros sueños y nuestras esperanzas. Me gustó el texto, José. Abrazos
ResponderEliminarAhora se sentiría orgulloso de su país. Bueno, al menos un poquito.
ResponderEliminarUn abrazo.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar- Desde el jueves que quiero dejar un comentario y se me cortaba la conección, el Sr google está poniendose mañoso!!!!
ResponderEliminarEstoy totalmente segura que quien logra acariciar el arte logra vivir eternamente. Un beso y un gran abrazo para mi querido amigo, habitante de un hermoso asteroide llamado Esperanza. Ade
Hola José.
ResponderEliminarHermano, vengo a dajaerte mis saludos fraternos.
Ha agradecer tu visita a mi Universo de Sueños...
Me encantó tu texto. Realmente cumple con el obejetivo de hacernos Reflexionar...
Pero me gustaría saber un poquito de ti, por ejemplo; eres Argentino o Español?
Y veo que este es un blog, compartido... ¿Tienes uno personal, tuyo?
...Pregunto solo por curiosidad.
Te dejo mi mi afecto.
Nori.
Estimado José. Te vi visitarme y no tuve la decencia de acoger tu llegada como debía. Disculpa el silencio en esta ruta, siempre he querido dejar mis huellas en tu puerta (al menos) y comentarte lo que a mí me dijeras en algún momento sobre tu inspiración (que es la mía, te lo aseguro). He paseado por 3 blogs en los que participas y, francamente, soy yo quien tiene que aprender de ti, de tus expresiones, de tu sentir. Pero, como dices, algo habremos de transmitirnos para ayudarnos a crecer y ser más que uno mismo. Un abrazo grande. (Nuevo amigo me dijiste, y yo lo renuevo)
ResponderEliminarComo tantos artistas tiene una eternidad ganada a pura belleza. Muy bueno. Saludos.
ResponderEliminarTemazo José, no sólo por Amstrong, me encanta cómo está escrito. Se define cada vez más tu perfil, tu forma de escribir. No soy autoridad ninguna José, pero tus escritos se sienten de pies a cabeza y eso quiere decir que a uno lo recorre todo, no simplemente que los ojos leen algo agradables. Sin ser quién también te felicito. Me encantó. Un abrazo. Mercedes Sáenz
ResponderEliminarA veces pienso que cuando escribes
ResponderEliminarpintas la personalidad de los genios.
Tu arte es muy grande!
Besos
Un sueño, entre tus palabras y la música José.
ResponderEliminarNo te encontraba en mi blog para visitarte nuevamente, hasta que recordé en que poesía me dejaste comentario...
Ahora hago enlace así no te vuelvo a perder, es un placer leerte.
Te dejo un beso grande.:)
El primer libro que leí fue "El afinador ciego" de Marcel Proust, era muy chica, el tema de la ceguera me atrapó siempre, pero esa ceguera que nombras... me preocupa... nos preocupa...
ResponderEliminarBello texto, me gustan los cambios que has hecho en el blog, buen trabajo, josé.
Esto de la negritud, José, es un tema que jamás acabará. Mientras haya un blanco, seguirá la discriminación y vaya uno a saber por qué, esta Naturaleza ha sido tan pero tan traidora con la raza negra, o la morocha o la cetrina o nuestros "cabecitas","perucas"
ResponderEliminar"bolitas" en fin "latinoamericanos todos" que no ostentan la blancura del gringo.
Hermoso el texto, extraordinario el Luis Amstrong.
Gracias por escribir como lo hacés.
Sonia