secreto de dos

Por la ventanilla del tacho, Charli el de los tegobis "estrafos" contemplaba el humor trasnochado de la ciudad que por esas horas se asemeja al dolor, al abandono, sinónimos de tristeza. Momentos en que uno siente ganas de no dormir por lo menos hasta que salga el sol, para no experimentar tonterías o un toco depresivo. De eso estamos hechos.
Chirriaron las ruedas del coche contra el antiguo empedrado de alguna parte y el tachero subiendo la banderita de libre le guiñó al flaco por sobre el hombro diestro diciendo -¿Para cuándo te juntás con el Nito?, hacían linda pareja, ¿te acordás de Natalio Ruiz?. "El hombrecito del sombrero gris" canturreó para completar su pregunta que no tuvo respuesta. Charli soltó la puerta y al bajar advirtió que el laburante lo había "indultado" de pagar el viaje y se dijo, (por dos canciones que escribí).
Don Carlos se hallaba sentado en el filo de una vidriera opaca, empañada o neblinosa, cualquier término le cabía, de cerca se notaba la razón que no era otra cosa que ausencia de higiene. El mozo que refunfuñaba una mala noche (como todos los mozos), quedó con sus ojos abiertos al verlo al flaco enfundado en un saco multicolor, zapatillas pintadas con aerosol y sus dedos larguísimos disfrazados con esmalte morado. ¡Carlitos! exclamó el lungo, ¿donde quiere que vayamos?
Por aquí nomás está bien -contestó el "morocho" acomodándose en la silla de esterilla que lo transportaba a París en este bar de Balvanera.
A todo esto el gastronómico, como le diría Charli más tarde, no salía de su asombro y quedó tieso junto a la mesa como granadero apostado en la rosada. Lo despabiló el pianista diciendo - Traéme un doble en las piedras, pero versión extra larga, cargado sin miedo, qué te pasa..ah, y otro para el señor.
Antes que despertara el de la chaquetilla blanca Don Carlos dijo - Perdón, y sin ofenderlo Charli, para mí una copa de tinto a temperatura ambiente, y si cuadra, una picadita de salame, queso y olivas negras, pero sin pan, por los kilos de más.
Así que estuvo con Lito,.. imagino la propuesta que le habrá tirado este, colijo por el tenor de su llamado no?. Yo me anticipé y le conté lo suyo -siguió Charli - no se si aprueba mi atrevimiento. El rosarino no desparramará nada, es de fierro y además fanático de usted, si no lo conociera sería otra neda. ¿Vio lo que está haciendo este loco?, es una masa y no tiene precio, ¡todo a pulmón!
Sí, sí, escuché lo último que "rezongó" el Polaco, y lo de esta piba Varela, eso citando a los tangueros, porque tiene de todo el hombre en su catálogo..
¿Y?, lo tienta entonces la idea de volver a un estudio, como para ver que pasa, digo..
Mire Charli -antes de la siguiente frase Don Carlos buscó de nuevo la firmeza de la silla como si estuviera por largar una depositada en Palermo codo a codo con el viejo Ireneo, y continuó - me entusiasma un reencuentro de esta naturaleza pero, para nada soy el de antes y ustedes vuelan hijo..ha pasado tiempo y es como si yo saliera recién de un túnel largo y oscuro que se tragó lo mejor de mi vida..
¡Pero Carlos!, cada paso es un desafío, no le voy a enseñar a usted claro, ¡vamos a largar esta sanata como quien no quiere la cosa, de entre casa nada más, ¡para nosotros por un gustazo que nos merecemos Maestro!
Más tarde, cuando los primeros trazos dorados asomaron por la esquina del bar, un taxi paró junto a los amigos. ¿A donde te llevo Charli, el señor va junto? -pregunto el del volante detrás de sus pupilas enrojecidas de horas y enredos callejeros.
¡Cómo señor a secas!, si hacés un esfuerzo pequeñito así, capaz que lo conocés y te caés de culo..
Charli, por favor -dijo Don Carlos bajando el ala de su sombrero para cubrirse el rostro de una curiosidad que no quería soportar.
Perdón Maestro, fue un raptus, ¿todavía no es la ocasión no? - se disculpo el flaco.
No es nada querido, no es nada, a quién le interesa, "lo mío ya es cosa juzgada".
Por ahora "morocho", por ahora, ¿le dijo al chofer a donde vamos?
Nada más que al cielo Charli, ¿te parece bien?, nada más que al cielo..
Say no more, Carlos, say no more..
En la radio sonaba "el último bondi a finis terre" y el tachero no paraba de tamborilear con sus dedos en el tablero.
¿Qué le parece como canta el pelado, Charles?
¿Es pelado el tipo?, nunca lo vi pero se nota su polenta y antojo..
¿Antojo?, cómo es eso, ahí me dejó en orsai, diría.. en pelotas..
El tipo que escribe las letras me llama la atención, utiliza un lunfa del futuro, ¿es cierto que aparecen de tanto en tanto?
Algo así es, tienen lo suyo Don Carlos, cuando ellos tocan sucede algo especial..
Llegamos Charli, ¿pasás para un cafecito, o unos amargos tal vez?, tenemos tiempo..
Le agradezco Maestro pero, vaya usted y dele al apoliyo que se vienen días ajetreados, y no me tire para atrás eh, ni se le ocurra. Nuestras potencias podrán contra lo que se ponga delante, estamos más allá de la gloria y de paso, qué nos importa la fama, jeje
Ah, la última, ¿me va a contar, pero cuando usted quiera, de las rubias de New York?
¿Te parece que no lo he dicho todo ya querido?, pero a vos no te puedo negar nada, y en una de esas te lo cuento.
Escucháme, ¿Podrás juntar algunos músicos piolas, por si le damos cuerda a esta locura? / (JLR)