martes, 11 de octubre de 2016
lo creo
La rosa se sacudió en remolinos y el agua eran bucles de oro verde. El sol olía fuerte mientras dirimía con pocas luces un libro claro y disidente cuando el colibrí emergió de una metáfora vibrando su curiosidad multicolor sobre el sombrero de mi gaucho de cemento. Sobrevoló por instantes frenéticos el lugar abonando con sinfonías la lentitud de la mañana que decía cosas como siempre y su visión no me permitía regresar a las líneas uniformes de la lectura. Luego fueron bendecidas otras plantas por las rebeldes alas del pajarillo y enamoradas o tímidas liberaron su perfume.
Intenté sin fortuna mediante mi impericia fotográfica capturar la magia del pequeño e inmenso ser que imaginé saltando entre continentes sanos y salvos sin peajes ni fronteras.
Texto y gráfica de José López Romero
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