El
viento del Norte soplaba perfume de flores y rocanrol mientras el desprecio por
las ideologías de guerra vestía con desenfado a la juventud de los 60’ que
pregonaba Paz, Amor y un No rotundo a las armas.
Argentina
no quedó ajeno a la música que generó este movimiento y se prendió tal vez
tibiamente a la parte estética o careta de aquél vendaval que nos encimaba el
ropaje cultural que se expandía sin pausa.
Como
no podía ser de otra manera comenzó a brotar en estas praderas las ganas de
algo parecido a una revolución musical, si se entiende.
En
Buenos Aires Tanguito volaba su fiebre de mariposas y ya Los Gatos “maullaban”
con buen criterio sus cuentos en castellano. Sandro representaba a Elvis con
“Los De Fuego”, Quique Villanueva andaba en la vía con Los Náufragos y en
Puerto Nuevo desembarcaban los Shaker de los hermanos Fatorusso, aquella
versión magnífica de los Beatles en el Río de la Plata.
En
el teatro San Martín los ingleses Tremeloes cantaban su hit entonces, “Hoy no
hay leche”, y el empuje furibundo del Club del Clan se iba desvaneciendo
paulatinamente. Los programas ómnibus de la televisión, Sábados Circulares de
Mancera, Sábados Continuados de Antonio Carrizo y Escala Musical de Billard ponían rock con insistencia y el abanico de
estilos mostraba también a Los Búhos, The Wonderfull, Les Maquis, Moris cual
figura predominante entre otros.
Por
nuestras calles y digo Esperanza, seguían sonando las agrupaciones que tocaban
distintas expresiones, San Fernando Jazz, Jazz Olimpo (SJN) destacándose por su
versatilidad Los American Swing que curtían un poco de rocanrol con sus buenos
músicos, Mike Leonardi, Juan Carlos Chiconi, Néstor Yoris, “Colo” Zamateo,
Willi Rubio y otros músicos que integraron la banda.
Pero
revoloteaba una mística diferente, algo así como un relámpago potente, una
concepción que intentaría otros principios. Andaban por ahí “Pelusa” Escudero,
Raúl Cabral y Emilio Montes tratando de convencer a Ruli Mottier en esta
historia que se comenzaba a escribir.
José López Romero
JUNTA HISTORIAS
Son unos recuerdos entrañables de juventud. Abrazos
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