
Al costado de la pantalla de los múltiples canales, prima lejana de aquel telón mudo donde conocí a Charles Chaplin y Cantinflas, esperan atención una foto blanco y negro, la lupa de Eduardo que no agranda las cosas y una pila de diarios que se viene abajo. En el margen de una página cualquiera de mi agenda dice María Agustina y es el nombre de una entrevista que ya es pasado hace una semana. Mi futuro inmediato pasa por los tragos calientes para amigarme con la frescura matinal de la estación de las flores, como dijo Elisa, bendita y majestuosa primavera de América del Sur. (José López Romero)
A través de tus letras he visto centímetro a centímetro una mesa, una pared, una habitación... que bien podía ser del lugar donde estaba "Roberto" antes de poner en marcha su auto. Me ha gustado, José. Abrazos
ResponderEliminarJosé… este escrito es como que dice; hoy no hay ganas. Todo me da igual… día de pasado, de recuerdos… un gran desorden… cargado de nostalgia. Quizás sea yo… pero lo leí anoche… y lo vuelvo a leer ahora, en la mañana… siento lo mismo. Me dan ganas de decirte tranquilo… mañana veras todo con mas claridad y darte un abrazo… Un escrito desde el alma. Gracias. Te dejo Un Beso. Silvi.
ResponderEliminar- Interesante inventario, querido amigo. Escribís distinto, como más expuesto, me gusta y mucho. Un beso y otro y otro. Ade
ResponderEliminarhabía un escritor francés, de cuyo nombre no me acuerdo, que se sentaba en un banco y hacía una lista de las cosas que veía. Luego hacía un relato cogiendo esas palabras. Al publicarlo, ponía la lista y el relato.
ResponderEliminarEran algo magnífico las descripciones, parecían cuadros impresionistas de la época contemporánea.
Leyendo tu relato me ha recordado a ello.
saludos
Tus escritos son como un retrato del tiempo, una foto digital de una calidad aún no desarrollada y con un marco de belleza incomparable.
ResponderEliminarSi esto es lo que puedes hacer con desgana, espero impaciente que te besen las musas.
Un abrazo.
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ResponderEliminarJosé, mi querido hermano, ese mundo al alcance de tu mano son el palimsesto con el que el pasado emerge borroso en ese presente. Tantos objetos que encierran profundo significado y esas cuatro paredes testigos de tu sensibilidad. Como siempre tus narraciones son excelentes.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Carlos Eduardo
José, sabes llegar, describir, hurgar en las imágenes y hacernos llegar la fotografía de lo que miras.
ResponderEliminarUn abrazo grande.
Migdalia
Increible, he podido ver esa mesa y sus múltiples objetos con su especial significado cada uno, a la vez que el pasotismo de quien está de vuelta de todo. Una sensibilidad exquisita.
ResponderEliminarUn abrazo
José en este verano bonaerense donde la esperada lluvia toca al portón del jardín, me siento y leo este hermoso relato y me deleito en este, tu blog con la calma que dan los buenos textos.
ResponderEliminarbesos
Elisabet
Si parece mi escritorio querido amigo!
ResponderEliminarLo has narrado tan bien que me distingo entre esos diarios aglomerados al descuido y que parecen botarse solos para no desdoblarse de cansancio.
Eso es lo que me gusta de los cronistas como tú José. Que comienzan desplegando sus perezas y se desenrollan en palabras que no cesan, ágiles, específicas, determinantes. Haré el intento de acercarme a lo que escribes haciendo lo propio en mi oficina. Como ejemplo te tomo para intentar ser cronista. Me gustaría mucho poder leer una crónica tuya explayada a lo largo de unas cuantas hojas. He podido saborear algunas de tu país, de Ushuaia, por ejemplo, en revistas especializadas en crónicas, como Gatopardo (ésta y Etiqueta Negra son mis preferidas).
Te pido José, hermano sudamericano (como yo, por supuesto, aunque yo tirando un poco para inca), nos regales más seguidos tus escritos. Se te extraña hombre! qué, no te das cuenta?
Mi abrazo enorme José, recuerda que está pendiente una borrachera (sin fronteras!)
Impactante fotografía del estado de ánimo de un domingo dentro de la descripción exquisita de tu relato. No estás haciendo inventario de los objetos múltiples que pueblan tu mesa sino de tu vida.
ResponderEliminarUn saludo.
José:
ResponderEliminarMagestuosa primavera de Amércia del sur que yo anhelo y magestuosos tus palabras que dejan siempre un sabor agridulce del pasado que llama a la puerta y del presente cargado de realidades que mágicamente son contadas.
Saludos desde el Mediterráneo, querido contador de historias:
Mar
Una descripción que es una vida.
ResponderEliminarUn abrazo, Jose.
Alicia
Detalle por detalle, cada cosa la he visto como en una fotografía, hermodo relato.
ResponderEliminarMARÍA ROSA